Me gusta pensar que
todo el mundo tiene sus cositas y Romeo como parte de este mundo, también las
tiene. Para mí forma parte de lo que nos hace únicos y originales.
Una de las cositas de
Romeo es que le gusta repetir. Todo lo que hacemos con él sabemos que puede
tener un bis. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos si Romeo hace,
ve, escucha… algo atractivo para él, lo quiere repetir al momento, tarde… o día
siguiente. Si hace con su padre “poing-poing” (saltos) en la cama antes de
vestir, eso hará al día siguiente. Si hacemos una carrera hacia el baño para
ver quién llega antes a hacer pis, eso quiere al día siguiente. Si abrimos el
buzón antes de salir del portal, eso querrá al día siguiente. Si me pone sus
manitas entre el sillín y el culo cuando vamos en la bicicleta, eso hará al día
siguiente. Si me dice desde la esquina que le diga a Tula que no está Romeo y
le da un susto cuando abre la puerta de la escuelita, eso hace al día
siguiente. Si construye un río Nilo con la fuente del parque, eso hará también
al día siguiente. Si me saluda cuando le recojo de Momo con un “¡al ataque!”,
así lo hace al día siguiente. Si me adelanta en las escaleras del metro y corre
hasta encontrar un banco libre donde sentarnos los dos, eso hará al día
siguiente. Si me pide una película “para descansar” al llegar a casa, eso
querrá al día siguiente. Si me busca cuando sale del baño envuelto en la toalla
para darme un beso, eso hará al día siguiente. Si me pide que le revise los
dientes cuando se los lava, así hace al día siguiente. Si leemos tres cuentos
antes de dormir, eso pide al día siguiente. Si le acaricio todo el cuerpo antes
de dormir, eso quiere al día siguiente. Si se despierta por la noche para ir a
la cama de los papás, eso hace todos los días.
Los días en la vida de
Romeo se suceden a base de repeticiones, eso le ayuda a colocarse en el tiempo
y en el espacio, eso le da seguridad.
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