19-9-13. Se lo hizo para ir a
República Dominicana, su primer destino transoceánico. Fue un día de esos de
“pellas” a la vida. Su padre entró más tarde a trabajar, yo empecé más tarde a
trabajar y Romeo llegó más tarde a la escuelita. Fuimos los tres a la Comisaría
muy temprano y desayunamos en la cola de espera. Dentro todo le llamaba la
atención, pero lo más fue verse la cara en el ordenador y untarse el dedo de
tinta para dejar su huella. Con pasaporte en mano salimos de allí más contentos
que unas castañuelas. Luego vendría el avión, las playas paradisíacas, Florida, Cuba, Ecuador… Romeo subido a su padre para enseñar el
pasaporte al poli de la aduana… y hasta Romeo con la azafata repartiendo los
pasaportes para niñ@s que regalan en el avión.
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