lunes, 23 de octubre de 2017

Romeo va a un restaurante



6-10-14. A Romeo le encanta ir a restaurantes. Restaurantes o bares para él son lo mismo. Igual que lo son aperitivo o menú. Ayer decía que quería un Aquarius si estaba incluido en el aperitivo. Muchas veces no entiende que nos paremos en uno y no en otro. Tampoco le sé explicar por qué no me gusta ir a los restaurantes donde ponen berenjena caramelizada con flan. Lo que sabe es que le encanta ir a los restaurantes donde le conocen o dedican un trato especial a los niños: donde le ponen un vaso grande de agua con hielo, le dan caramelos o una ración extra de patatas. También le gusta ir a un restaurante de comida rápida que hay al lado de donde trabaja su padre, porque puede jugar a videojuegos mientras mamá y papá hablan. Le encanta ir al restaurante lujoso. Creo que en su cabecita va teniendo un registro de restaurantes, igual que los tenemos nosotros, porque así se lo comunicamos: el de las tostas, el de la ensaladilla rusa, el del pescadito, el lujoso… Ahora le hemos dicho que vamos a ir un día a conocer el Jagger, un nuevo restaurante de unos amigos, excocinero él de Lhardy, cuya fabada en su casa un día nos hizo emocionarnos hasta el infinito y más allá. 

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