7-9-14
Ese día, en casa de mis padres, después de comer, mi padre A
me dijo:
-No pongas la taza de té sobre la mesa.
Acto seguido, él puso los pies.
Recuerdo que me sorprendí. Hasta donde yo conocía, las normas
en casa de mis padres eran bastante norma-les: recoger
la mesa después de comer, guardar las cosas en su sitio una vez usadas, ropa
sucia en el cesto de la ropa sucia…
Pero ese día el mundo se me puso del revés. Quité la taza de té y me senté junto a mi padre con sus pies en la
mesa.
Otro día, anterior a ese, me dijo:
-Mientras vivas aquí, harás lo que yo te diga.
Hoy, en nuestra casa, las normas las ponemos los tres
habitantes de la misma. A veces me encuentro con carteles que ponen: “no dormir
sin que sea por la noche”, pegados en la puerta de mi habitación, y entonces mi
mundo se coloca de nuevo.
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