Es una de esas cosas que están en
mi lista de cosas para hacer con mi hijo. No porque a mí me encanten, sino
porque pienso que a él le pueden encantar. Esta lista la tengo en la cabeza y
la vamos materializando poco a poco con los regalos de amigos y familiares.
Este último cumpleaños le tocó el turno al Parque Acuático. Como lo cerraban
justo el día anterior a su cumpleaños, adelantamos el regalo. Todo un acierto:
no había casi gente (el día anterior había llovido y las temperaturas bajaron
bastante) y nos hizo verano de nuevo. Tuvimos mucha suerte o como me gusta pensar, lo creamos nosotros así, ya que habíamos estado imaginándonos un sol grande
en las jornadas previas. Llegamos pocos minutos después de que abrieran. No
había nadie. Pasamos con nuestras entradas compradas por internet. Elegimos unas
butacas al lado de la zona de los toboganes, tres juntas, en sombra y en
primera fila. Sin esperar colas, Romeo se subió no sé cuántas veces en todo lo
que pudo: Black Hole, Río Rápido, Pistas Blandas, Waikiki Jungle, Zigzag,
Piscina de olas, Río Lento... Únicamente tuvimos que hacer algo de cola cuando
la atracción requería del uso de algún elemento: flotador, tabla... A la hora
de comer, cambiamos de escenario y nos fuimos a la playa, al lado de la piscina
de olas. También pudimos elegir hamacas bajo una sombrilla. Allí
comimos nuestras hamburguesas de carne de la sierra envueltas en un estuche de
cartón que simulaba el de McDonalds. Romeo feliz con su comida preferida. Por
la tarde continuaron los descensos y hasta pude nadar mis correspondientes cuarenta largos en la piscina de olas
cuando no había olas, que se quedó completamente vacía. Romeo seguía con su padre tirándose aquí y
allá: ¡otra, otra! decía con las pestañas aún pegadas del agua. En lo que no podía subirse por edad o por peso, se quedaba esperándonos y hasta
nos grabó un vídeo. Ahora está en esa edad en que todavía puede montarse en lo de
pequeños y también ya en alguna cosa de mayores. En mi opinión, un momento
perfecto para ir al Parque Acuático. Un regalo perfecto de todos los amigos que
vinieron al cumpleaños. Gracias, gracias, gracias Mateo A, Mateo K, Simón,
Omar, Ruth, Paco, Óscar, Miguel, Silas, Naia, Rodri, Jorge, Noa, María, Lázaro, Isul, Valentina, Rodolfo, padres, madres, tía y abuela.
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