Hace poco fui a una charla de
esas que hacen un clic dentro de mí. En dicha charla hablaban del apego materno
relacionándolo con el viajar. Decían que una persona segura explora, por lo
general, más que una persona insegura. Que explorar implica viajar. Es
decir, que una persona segura viaja más que una insegura. Que la seguridad viene
dada cuando ha habido un apego materno fuerte en la infancia.
En estos días, meses, años ya,
que ando revisando mi historia familiar, porque el cuerpo me lo pide, me he
dado cuenta que no tuve un apego fuerte y seguro por distintas razones o
circunstancias. Sin embargo, he aquí el clic que me hizo la charla, soy una
persona viajera. Me encanta viajar. Es una de las cosas que más me
gustan hacer en la vida: ir a otro sitio distinto de dónde vives, y observar,
descubrir, registrar paisajes, personas, cosas… Por tanto, según este psicólogo, yo debí tener un apego fuerte para ahora ser una persona exploradora. O no… El
caso es que mi padre A y mi madre A viajaban y ahora yo viajo. Antes de empezar
a viajar por mi cuenta ya conocía toda España (menos el País Vasco) y parte del
extranjero. Luego me junté con un viajero, con el que creo hemos creado un hijo
viajero. O no…
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