Este verano en la piscina mi
madre A le tocó el culo a Romeo. Acto seguido, Romeo le tocó las tetas a mi
madre. Yo pensé: claro, normal. Mi madre se medio molestó y le retiró el brazo.
Los niños son personas, como tú y
como yo, más bajitos en general, pero personas. Por momentos, a algunos se nos
olvida. Se nos olvida que no son peluches o muñecos a los que estrujar, coger, tocar cuando nos apetezca. No
me imagino a mi madre tocando el culo a un vecino en la piscina. Otra de las cosas que olvidamos es que cuando hablamos de ellos, ellos están ahí, escuchando con sus pequeños oídos. Que al hablar
en tercera persona delante de ellos, les hacemos invisibles.
Ayer Romeo me dijo que le tenía
un “poquito harto”, que necesitaba estar un rato solo. Fue la primera vez que me lo
dijo y me entristecí. Cuando me enfado por algo, a veces le digo que necesito
estar un rato sola, hasta que se me pase. Por eso pensé: claro, normal.
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