“Lee estas palabras tres veces y
memorízalas. Ahora tápalas y escribe todas las que recuerdes.”
Me ha hecho gracia ver cómo había realizado Romeo el ejercicio: tachando las palabras con lápiz en lugar de taparlas. Me pregunto si habrá pensado que los profesores son tontos cuando ha visto que las palabras se veían perfectamente a través del lápiz. Yo creo que sí, que lo ha pensado.
Me ha hecho gracia ver cómo había realizado Romeo el ejercicio: tachando las palabras con lápiz en lugar de taparlas. Me pregunto si habrá pensado que los profesores son tontos cuando ha visto que las palabras se veían perfectamente a través del lápiz. Yo creo que sí, que lo ha pensado.
De nuevo, aquí, percibo
desconfianza en el desarrollo natural del ser humano. No creo que el
aprendizaje de la lectura exija adiestramiento. Es más, si leer para algunas
personas es un placer, no entiendo por qué se obliga a leer, memorizar y
escribir palabras a los niños y niñas para prepararles en el desarrollo de
dicha actividad. ¿No debería tratarse también la lectura como posible placer
para ellos? ¿Por qué se dice que leer es un placer y en cambio se obliga a ello
a los niños y niñas? ¿Son los placeres obligatorios? ¿Y si entre sus placeres
no está la lectura? ¿Es un delito que leer no sea un placer para alguien? Pienso que en
nuestra sociedad actual es prácticamente imposible que una niña o niño no
aprenda a leer por sus propios medios, sin adiestramiento.
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