lunes, 2 de septiembre de 2019

Lengua 2 Tercer Trimestre Cuaderno de trabajo Página 6 Con buena letra



Al poco tiempo de comenzar Romeo el colegio, su tutora nos indicó sorprendida cómo hacía algunos números y algunas letras. Como si nosotros no lo supiéramos. Es más, yo por aquel entonces estaba enamorada de la grafía de mi hijo. Ya he contado en más ocasiones, que al venir de otros sistemas de aprendizaje, para nosotros ver cómo nuestro hijo se empezaba a interesar por los números y las letras, y ver cómo él sólo empezaba a leer y escribir fue maravilloso.
Pues bien, Romeo hacía unas erres preciosas hasta que llegó al colegio. Allí se las cambiaron. Empezó a hacerlas como las que vienen en los libros de texto, iguales a las de los demás niños. Me dio mucha pena y aún hoy cuando miro su nombre escrito en su primera botella de agua o en la camiseta que le regalamos a su padre, me duele.
Cuando he visto en su cuaderno de trabajo de lengua que tuvo que hacer un ejercicio cuyo enunciado ponía "copia con buena letra", he recordado su preciosa erre. ¿Es que acaso hay quién determina lo que es la buena letra y mala letra? La erre de Romeo era única y original. ¿Por qué se empeñan en hacer a todos los niños y niñas iguales, para luego destacar al diferente? ¿Por qué no destacar la diferencia desde el principio, cuando se es único y original? Es más, observo que todas las niñas y niños están obligados a hacer la letra que a quien sea se le antoja y los adultos podemos hacer la que nos viene en gana, o ni tocar un bolígrafo si queremos.


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