miércoles, 12 de noviembre de 2025

Trucos urbanos

 

Tengo una libreta que he titulado Trucos urbanos. En ella he escrito cosas como “si se carga el móvil en modo avión tarda menos”.

Cuando estaba embarazada mi mirada por la ciudad era sobre todo hacia los servicios, un sitio donde poder hacer pis cuando no estuviera en casa. Cuando nació mi hijo también eran baños lo que buscaba, pero con cambiador. Ahora con mi padre también busco sanitarios, pero que sean grandes para caber él y yo. Esa es la mirada que tengo ahora sobre mi ciudad, las gafas que me he colocado para vivir mis circunstancias actuales. El otro día estuve visitando el Frontón Beti Jai y pensé que igual era un buen sitio para llevar a mi padre. Pero nada más entrar vi un enorme cartel que decía: "no hay baños en el recinto". Y pensé que no, que no podía llevar allí a mi padre. O que si le llevaba tenía que hacerme con la referencia de un lugar cercano que tuviera lavabos. Cuando estaba embarazada aprendí el arte de entrar en hoteles a hacer pis. Es fácil, pero requiere creérselo. Creerte cliente del hotel y atravesar la puerta con aire decidido y dirigirte hacia uno de los pasillos cercanos donde la intuición te diga que están los servicios. Estando embarazada era más fácil, pues había veces que pedía entrar y casi nunca se negaban. Estar embarazada me regaló este aprendizaje y ahora de vez en cuando lo uso. También sigo mirando cambiadores, pero ahora no los empleo de la misma manera. Además, me he hecho inmune a las miradas cuando entro al servicio de hombres o al de mujeres con mi padre. Son aprendizajes de vida que se convierten en trucos urbanos.

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