martes, 13 de octubre de 2015

Romeo va al circo




He tardado en escribir sobre esto que me gusta tanto y eso que escribo sobre todo lo que vive Romeo. El empujón ha sido el recuerdo de una nariz de payaso en este sitio (La casa del barrio de Carabanchel). El 10 de enero del 2014 Romeo fue al circo por primera vez. Le llevaron sus abuelos al Circo Americano, instalado en el solar donde ahora no paran de trabajar las excavadoras y grúas junto al Madrid Río. Llegamos los primeros de la fila, aunque ya teníamos las entradas desde hacía tiempo, pero esa era la consigna para que los abuelos no tuvieran que esperar al entrar. Yo estaba sufriendo porque sabía que Romeo se estaba haciendo pis y no aguantaría las dos horas dentro sin hacerlo, pero él no quería mear antes de pasar. Allí les dejé con el pis y todo. Dile a mamá lo que más te ha gustado, decía la abuela impaciente cuando salieron: una moto que daba vueltas, dijo. Por lo visto se había quedado impresionado con una moto que giraba y giraba dentro de una esfera metálica. Los payasos le habían asustado. No fue así aquí, en La casa del barrio, donde Romeo asistía por primera vez a un espectáculo de circo, aunque no fuera en un circo convencional. Fueron unas jornadas de Cabaret Clown y Romeo reía y reía con su nariz roja puesta.                                                                                                                                                                                                                  

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