martes, 16 de febrero de 2016

Romeo siente



Ayer leía un libro que me ha dejado una amiga sobre el cerebro del niño. Me hizo entender muchas cosas de Romeo y también de mí. ¿Cómo no se me había ocurrido antes leer el manual de instrucciones de una de mis herramientas favoritas? Gracias, Sofía. Por lo visto, el cerebro se va haciendo poco a poco: sus diferentes apartados, conexiones… y por eso a veces vemos reacciones en los niños que pretendemos entender desde nuestro cerebro de adulto sin comprender que es un órgano en crecimiento. Me gustó mucho también la idea que trata el libro de conectar con tu hijo para poder acompañarle en su crecimiento. Conectar con sus pensamientos, sus sentimientos… en vez de enfrentarnos a ellos y no aceptarlos. Si está triste, está triste; si se enfada, se enfada. Son sentimientos y como tal muy válidos de tenerlos y más aún de expresarlos. La primera vez que Romeo expresó algo acerca de un sentimiento fue un 22-1 de no sé qué año. Dijo “ya ha pasado” y yo le contesté: “¿el qué?" Y él me dijo: "la tristeza". Casi me derrito al escucharle. Me encantó. Como madre sigue encantándome todo aquello que Romeo hace y yo a su edad no hice. Me maravilla cómo la especie humana se perpetúa para ser cada vez mejor, aunque le tenga que explicar qué había antes de aquellos chalets donde yo jugaba de niña.  


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