domingo, 10 de diciembre de 2017

Romeo se lava la cara



Tenemos ciertos hábitos diarios adquiridos con el tiempo que Romeo también va sumando en su día a día. Unas veces la incorporación es idéntica a la nuestra y otras veces hace una recreación de la misma. Romeo se lava la cara después de lavarse los dientes y antes de echarse crema protectora. En ocasiones se le olvida y yo al ver gordas legañas en sus ojos aprovecho un semáforo para, desde la bici, abrir la botella de agua y restregarle con la mano. Un numerito urbano que sin duda como espectadora apuntaría en mi libreta de escenas urbanas.

Hay otros hábitos diarios que hemos perdido con el tiempo y que gracias a Romeo dejamos de restarlos en nuestro día a día. Uno de ellos es el hecho de estirarnos antes de levantarnos de la cama. Ver a Romeo hacer tal gesto me recuerda que mis músculos, huesos y articulaciones agradecen un mínimo de atención antes de ponerlos en movimiento. Tener hijos para esto… ¡Qué bendición!

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