Tengo una fecha apuntada, 14-3-16,
y dos momentos: un espectáculo y en el
chatarrero. El espectáculo era una actuación musical que estaba preparando junto a su amigo Mateo. Decía que le iba a dar vergüenza. Fue la primera vez que le
oí verbalizar este sentimiento. En el chatarrero también me lo dijo. Le daba
vergüenza entregar los metales reunidos para que se los tasaran.
Esta palabra me ha acompañado
mucho tiempo. De pequeña se la oí a mis padres muchas veces haciendo referencia
a mi actitud. Yo me la creí y me arropé mucho tiempo con ella. Recuerdo otra ocasión
en la que mi padre dijo todo lo contrario de mí, que no tenía vergüenza, y también
me lo creí. Desde que Romeo nació he estado muy pendiente de si afloraba en él
este sentimiento y cómo lo hacía. He visto con sorpresa cómo se desnudaba con
sus amigos y cómo bailaba delante de mucha gente. Hasta aquellos dos momentos citados al principio, creo
que Romeo no experimentó la vergüenza. Recuerdo una escena, antes de
la fecha señalada, en su nuevo colegio enseñando una parte de su cuerpo a dos
amigas. Cómo éstas se reían y escandalizaban mientras él posaba tan tranquilo. Ahora cuando
hace pis busca siempre un tronco de árbol grande que al menos le tape esa
parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario