Cuando Romeo nació, mi madre A
llamaba todos los días para saber cómo había dormido: cuántas veces se había
despertado, cuántas tomas le había dado, si yo había podido dormir… Imagino que
mi cansancio le preocupaba.
Estos días mi madre nos llama
para preguntar por un familiar que está enfermo.
Creo que los telediarios y
periódicos educan la mirada, la atención. Hace tiempo que dejé de ver el
telediario y de leer periódicos. Me niego a pensar que la vida, el mundo, está
más lleno de cosas feas que bellas. Confío en que mi hijo
se acerca a los videojuegos porque le
ofrecen algo que él necesita. Por la misma razón, pienso que el ser humano se acerca a aquello que cubre sus necesidades. A mí
los telediarios y periódicos no me dan nada, me lo quitan. Creo que si me
desayunara todos los días un noticiero radiofónico, mi atención, mi mirada, iría
en otra dirección y mis ganas de vivir no serían las mismas.
Ayer leí mi pensamiento en un
blog: “Me niego a pensar que la vida es un valle de lágrimas.
Estamos aquí para vivir, disfrutar y hacer felices a los demás, no para sufrir,
competir y ganarnos la vida”. La vida ya la tenemos, si no, yo no estaría
escribiendo esto y tú no estarías leyéndolo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario