viernes, 2 de febrero de 2018

A ordena

-Vete con tus juguetes, abre tus juguetes.
Dijo mi padre A el 15-9-16. Romeo estaba inquieto abriendo los cajones de la cocina mientras esperaba a que pusieran la comida sobre la mesa.  Lo que mi padre no sabía en ese momento o no sabe, es que Romeo juega con todo, es su forma de estar en el mundo. No tiene un lugar ni objeto determinado de juego, ni siquiera tiempo concreto de juego, porque para Romeo, igual que para cualquier niño en proceso de crecimiento, el mundo es un juguete, todo lo que hay en el mundo puede ser utilizado como juguete. Creo que lo que A quería decir es: no abras los cajones, vete de aquí. Lo que traducido a nuestro lenguaje sería: no me gusta que abras o cojas mis cosas.
Dos maneras muy distintas de emitir un deseo. La primera mediante una orden. La segunda mediante la expresión de un sentimiento personal.
No recuerdo qué sucedió después, pero me lo imagino. Romeo siguió abriendo cajones. También puede ser que lo dejara por miedo al tono de voz alto de su abuelo. Yo a su edad, lo hubiese hecho. Pero yo crecí en la cultura del miedo, de la autoridad… Romeo, espero, está creciendo en la del respeto, donde todos aprendemos de todos y la expresión de sentimientos es un arma más poderosa que la intimidación.
¿He dicho que una es mejor que otra? Independientemente de lo que piense de cada una, lo que quería decir es que de nuevo son dos formas de hacer diferentes y que por ello, a veces, los acoples cuestan. 

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