“Ha venido una persona a clase para ver si nos portamos bien”. Esto me dijo Romeo un día
después del colegio. Luego me enteré que eran profesores en prácticas. Me quedé
atónita con la estrategia que había usado la tutora para explicar la llegada de
un extraño a la clase. Romeo y yo lo comentamos:
-¿Os han dicho que esa persona ha
venido para ver si os portáis bien?
-Sí, así nos lo ha dicho. Se
creen que somos cachos de carne, aprendices del mundo, a los que tienen que
controlar. Parece como si a los profesores no les gustara los niños. Somos como
sus esclavos.
Ayer, en casa, después de hacer
caca:
-¿Te has limpiado?
-¡Síiii! Esto es como en el cole
que me dicen después de hacer el examen: ¿lo has repasado? Y yo contesto: ¡síiiii!
El otro día cenando:
-Mañana tengo un examen de
Sociales.
-¿Sobre qué es?
-El relieve de España.
Acto seguido exaltado se puso a
gritar un montón de palabrotas.
-Entiendo que a ti en este momento no te
interesa nada el relieve de España. Yo, en cambio, me he dado cuenta que ahora leyendo los libros del cole me lo paso bien. Me gusta porque amalgaman y ordenan todo ese
saber soterrado que he adquirido a lo largo de los años por mi interés en los viajes. Ahora para mí tiene sentido leerlos, con mi
edad.
-Es como Resaber, ¿no, mamá?
-Exacto, esa es la palabra.
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