martes, 5 de marzo de 2019

Decrecer



Un día Romeo me contó que la profesora les había dicho: no crezcáis. De nuevo, atonité. Ante un mensaje así, me pregunto cómo reacciona la mente de un niño obligado a ir al colegio para prepararse para la vida, se supone. Es decir, prepararse para vivir, crecer. Poniéndome en el lugar de Romeo, quizás pensaría: vale, entonces todo lo que me enseñes lo tengo que olvidar para no saber hacerlo nunca, para quedarme en niño. Hago un esfuerzo y me pongo también en la mente de la profesora: quizás ese día tuvo un momento o momentos malos y estaba agobiada, de mal humor, cansada… y lo veía todo negro, anhelando cualquier tiempo pasado en que era niña. Quiero pensar que fue así y que con esa frase descargó su malestar. Hablo sobre ello con Romeo que parece impresionado por lo que dijo su profesora. Así me veo compensando, de nuevo, las cositas del colegio. De todas maneras, creo que en alguna parte de su persona, quizás, él anhela desde siempre ser mayor y el mensaje no le haya afectado. Como parece demostrar al negarse, desde muy pequeño, a comer con cuchara de postre el yogurt. Al menos es la explicación que encuentro cuando me puse ayer en el lugar de la cuchara.  

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