Me interesan las pautas sociales
marcadas en el calendario, ya sean de origen pagano, religioso o establecidas por cada uno. Pienso que responde a una manera de ordenar pensamientos,
vida. El próximo fin de semana asistiré a la celebración de los 120 días de
embarazo de una amiga. Proviene del Kundalini Yoga, me han dicho. Ayer
presencié la procesión de San Miguel en un pueblo de la sierra madrileña. Hoy lunes tenemos Cine en Casa y veremos una película que Romeo ha elegido. Pautas en el
tiempo y en el espacio por las que me muevo y me ordeno.
Este año, después de varios
intentos, por fín pudimos celebrar el Día de Reyes en casa con los abuelos. Ha
sido un cambio en la pauta social que les ha costado, me ha costado
broncas y críticas, de tan arraigada que estaba la tradición: ir a casa de mis padres A y A para
desayunar chocolate con roscón y abrir los regalos. Desde que nació mi hijo no me
apetece. Prefiero que vengan ellos para no tener que salir corriendo, pues Romeo después
de abrir sus regalos quiere jugar en casa.
Hace poco fue el cumpleaños de
Romeo y los abuelos no vinieron a la celebración porque estaban en Praga, viaje de placer. Romeo no lo entendió,
les echó de menos. Yo me acordé del Día de Reyes sin casa de mis padres.
Es lo que tiene vivir en un planeta que gira alrededor del Sol, por mucho que los domingos y otras fiestas de guardar vengan siempre en rojo en el calendario.
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