martes, 24 de septiembre de 2019

A (no) se interesa



Escena que se repite una y otra vez. Vamos a casa de mis padres. A y A preguntan a Carlos y a Romeo por sus respectivas actividades. Yo escucho. Después me pregunto por qué no me preguntan. Intento no juzgar el nulo interés que demuestran por mi persona, pero no puedo evitar la curiosidad. ¿Por qué será? Me vuelve a la cabeza la frase de mi amiga: “las personas con quien tienes más confianza son las que salen más perjudicadas”. Será eso.
Antes de ayer escuché algo de una mujer que me maravilló: trabajo de empleada de hogar. Lo dijo con una sonrisa y una satisfacción que hace años yo no hubiese encontrado en mí si me hubiesen preguntado. La narrativa que me ha acompañado siempre empieza a cambiar. Empollona licenciada en Ciencias de la Información fracasa trabajando en un Cine de taquillera. Estudiosa para lograr el amor de sus padres, se licencia sin dificultad en Ciencias de la Información y tras experimentar diversos trabajos, decide elegir el que más comodidad e historias para escribir le aporta: la taquilla de un Cine.
¿Será a partir de ahora, con el brillo en los ojos de la alegría y satisfacción, cuando mis padres me pregunten? ¿Seguirán sin preguntarme, porque al igual que a mi me pasa con los videojuegos de mi hijo, no les interesa lo más mínimo el tema cine? ¿Seguiré viendo que no me preguntan cuando preguntan a otros?  Pienso que mi triunfo, la capacidad que tengo de crear mi propia realidad, me da las respuestas.

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