Ya escribí sobre esto: https://macarenamenasantos.blogspot.com/2019/12/para-ya-no-existo.html
Hace unos días se volvió a suceder
otro episodio que me llamó la atención. En casa de mis padres, después de comer, en el salón yo sentada en el sofá mientras leía una revista. Al
rato llegó mi padre A y corrió las cortinas dejando el espacio en penumbra, de tal
manera que mi vista ya no alcanzaba a ver nada de lo que tenía entre
manos. Alucinada me quedé. Me fui a otra estancia para poder seguir leyendo, y
por el camino se lo conté a mi madre:
-Como si yo no estuviera allí.
Papá ha dejado el salón a oscuras.
Mi madre le justifica:
-Claro, es que cuando ve la televisión a estas horas no ve bien con el reflejo de la luz que entra por la terraza.
Pienso:
“Claro. Pero yo estoy allí
también y estaba leyendo. Ha hecho como si no estuviera. Atendiendo sólo a su
necesidad.”
Lo dejo porque veo que es como
golpearme contra un muro. Sigo sin existir en esa casa. Y ahora más, que mi
padre se empeña en olvidar todo.
Otra yo quizás le hubiera dicho:
papá, estoy leyendo y con las cortinas así no veo. Pero por miedo a su respuesta
no se lo dije. Todavía tengo amarrada en mi cabeza su frase: "mientras vivas en esta casa harás lo que yo diga".
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