Cuando Romeo nació hubo un
diluvio de regalos y dinero. Algunos regalos eran juguetes, según la RAE “objeto con el que los niños
juegan y desarrollan determinadas capacidades”. Romeo los cogía, miraba y al
segundo los dejaba. A lo largo de estos años, desde que nació Romeo, he
pensado acerca de la palabra jugar y juguete. Mi sentido auditivo se ha afinado
en esa dirección. Ya son muchas conversaciones escuchadas con las mismas o
parecidas frases: “mi (hija, hijo, nieta…
etc) abre el regalo y se entretiene más con la caja o el papel que con el
juguete”, “no juega con sus juguetes”… etc.
Hace poco cerraron la juguetería
que había enfrente del Cine. Era una tienda enorme llena de juguetes hasta el
techo, con estanterías a lo largo y ancho llenas de juguetes inalcanzables. Un
señor gordo que no sobrepasaba la mitad de la vida atendía y fumaba cigarrillos en
la puerta. Sabía bastante de juguetes, al menos de las cajas que vendía. Porque
en su mayoría eran eso, cajas con juguetes. Esto es algo que también he observado: cómo cualquier juguete, por pequeño que sea, tiene su propia caja; y cómo ésta,
como ya he dicho antes, acapara toda la atención del niño o niña. Ahora se me
ocurre que debería haber quién vendiera cajas de juguetes sin juguetes.
Pensé que era el principio del
fin del juguete. Igual que cuando hace
tres años en Nueva York descubrimos que Fao
Schwarz había cerrado. Por otra parte, no me extrañaba: si los niños y niñas
no juegan con sus juguetes, ¿por qué iba a haber sitios donde vendieran juguetes?
En el libro Jugar de André
Stern encontré las respuestas a muchas de las preguntas que me he hecho durante
este tiempo:
“Cuando juegan los adultos
normalmente intentan evadirse de su vida cotidiana. Juegan para olvidar, para
desconectar. Es justo lo contrario de lo que significa el juego para el niño:
la manera más directa de conectarse con la vida cotidiana, consigo mismo y con
el mundo". Por eso mi hijo nunca usó el Linkazoo. ¿Dónde se ha visto que los animales se enganchen unos con otros para construir torres? Sin embargo, sí que ha ensamblado cojines y mantas para construir una cabaña en el salón.
“Los niños ven siempre las cosas
desde un punto de visto creativo. Les
atribuyen sin parar nuevas funciones y nuevas aplicaciones. Consiguen que
nazcan juegos de objetos inesperados. En la vida profesional, esa es una
competencia muy valorada. Para adquirirla después, hace falta estudios
laboriosos, cursos de perfeccionamiento muy caros. Y eso que es una competencia
innata”.
“El juego es la forma más elevada
de la investigación.”
“El juego es el mundo en el que
tenemos el derecho de imitar y de copiar.”
“Jugar es el trabajo realizado
por un niño para participar de la manera más adecuada en la sociedad humana. El
juego es la digna estrategia que la naturaleza ha dispuesto en cada individuo
para que contribuir al mundo le sea placentero”.
Desde el 1 de enero de este año,
a petición de Romeo, cuando voy al Cine voy a jugar. ¡Qué
bello es el cine!
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