miércoles, 19 de mayo de 2021

El Blog de una taquillera de Cine (43)

Hace más de un año pusieron en el Cine una maquinita de fichar. Ponemos el dedo y lee nuestra huella dactilar. De esta manera queda registrada la hora a la que entramos y a la que salimos. Estuve varios meses enfadada con la máquina, pues tardaba mucho en leer mi dedo, siempre daba error. Sentía que perdía tiempo por fichar mi tiempo y me cabreaba. Poco después fui a la Comisaria, no para denunciar este robo de tiempo, sino para renovar mi D.N.I. Allí también tuve que dejar mi huella dactilar y de nuevo aquella maquinita no me leía. El policía que me atendía dijo que me tocara la frente y magia: la huella salió. Me explicó que como tenemos la piel grasa (y más en la frente) al tocárnosla facilitamos  que la huella quede luego impregnada en cualquier sitio. Se me iluminó la cara. Menudo aprendizaje acababa de adquirir. Así haría a partir de ese día en el Cine y desde entonces no me ha fallado. No tardo ni un segundo en fichar. Ya no siento que me roban el tiempo. Me gusta la idea de que el mundo es un gran laboratorio donde aprendemos. Yo llevo los aprendizajes de unas probetas a otras.

¡Qué bello es el Cine!

Esto me recuerda el examen de sociales que tuvo mi hijo la semana pasada. Se aprendió de memoria varios nombres y fechas. Me pregunto si usará esos nombres y fechas en algo a lo largo de toda su vida. Me gustaría pensar que sí, que de algo le servirá aquellos minutos frente al libro. Pero algo me dice que no, que ya no se acuerda de todo aquello y que no le ha servido de nada porque no ha sido un aprendizaje significativo para él. Él está ahora en otras cosas, con las que también puede ejercitar el músculo de la memoria, como muchas niñas y niños de su edad. Pero todavía los que organizan el tinglado educativo no se han enterado o no les interesa enterarse. Sólo aprendemos lo que nos interesa, y a estos tingladistas no les interesa aprender esto. 

No hay comentarios: