El otro día hablando con mi madre
me di cuenta de lo diferente que hemos criado y lo diferente que han sido
nuestras prioridades en la vida. Ella "luchaba" para que hubiera guarderías donde
guardar a sus hijas durante el tiempo que trabajaban. Yo abogo para que no haya
ningún sitio donde guardar a los niños. A mí me gustaría que niños, adultos y
ancianos convivieran en espacios comunes. Opino que unos y otros se pueden
aportar muchísimo interrelacionándose entre sí. Opino que separar a hijos de
sus padres cuando no quieren, puede traer consecuencias muy graves en la vida
futura de un ser humano. Yo no creo que haya que luchar sino tomar consciencia.
En mi opinión no se trata de tener la razón, sino las riendas de la
vida, que las circunstancias no pauten nuestra vida. No es implantar una idea en alguien que no
opina como tú, sino aprender a tomar consciencia de todas las acciones que
hacemos reflexionando sobre sus consecuencias. No hay nada que sea mejor para todos.
Mi madre me ponía el ejemplo de
todo lo que había hecho ella por conseguir que existieran guarderías y yo
pensaba: madre mía, todo eso que has hecho tú es justo lo que yo quiero deshacer.
Me imaginaba un edificio enorme y yo demoliéndolo.
Para mi madre la prioridad era
que tanto hombres como mujeres pudieran trabajar. Para mí, una vez conseguido
eso (en el mundo occidental que yo conozco), mi objetivo es que no se separen a
los hijos de sus padres cuando no quieren separarse.
Mi suegra me contaba que una vez
había tenido que ir a hablar con la profesora de su hijo porque éste había
llegado a casa muy preocupado y con mucho miedo debido a que les
había dicho que “había un infierno con un demonio muy feo con rabo largo y
orejas…”. Le dijo a la profesora que a su hijo no le volviera a mencionar nada
acerca del infierno.
-Ah, ¿pero no son ustedes
creyentes? Le preguntó la profesora.
-Sí, lo somos, pero a mi hijo de ocho años no le asuste usted con esas cosas.
La prioridad para mi suegra era que
su hijo no tuviera miedo. Yo me veo yendo al instituto para decirle a la de Química
que no haga memorizar como un papagayo a mi hijo de catorce años la tabla de valencias porque eso no
le interesa lo más mínimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario