Un amigo me escribió el otro día:
“vacaciones es si tienes dinero, lo otro son días sin trabajar”. Y me han entrado ganas de seguir escribiendo
acerca del concepto de vacaciones y por extensión del de ocio. Pienso que hay
una idea en el aire, también extendida y transmitida de unos a otros sin pensar,
de que si no te gastas dinero no te lo pasas bien, o más bien no estás de
vacaciones o no estás de ocio. Otro amigo me dijo hace tiempo que pensaba que
la cultura se está mercantilizando, que todo es motivo de consumo y además rápido:
libros, cine, exposiciones… Todo se anuncia y es objeto de compra por tiempo
limitado. Si no lo obtienes o consumes en un determinado momento se te pasa. Como
si no pudieras culturizarte sin consumir y estar a la última sin culturizarte
con lo último. Creo que mi primer amigo no se siente de vacaciones si no
tiene dinero para viajar, terracear, consumir cultura, comprar experiencias que
le llenen de adrenalina… Pero que a lo mejor lo que le está pidiendo el cuerpo
es un cambio de actividad, o bien porque lo necesita o porque su trabajo no le
gusta. Sin embargo, pienso que para cambiar de actividad no hace falta gastar dinero.
No hace falta viajar, ya que el cielo es en todos los sitios igual como él mismo
afirmó una vez. Tampoco hace falta comprar experiencias que nos llenen de
adrenalina o terracear. Se pueden hacer miles de cosas sin gastarte nada y también pueden ser ocio o vacaciones:
https://macarenamenasantos.blogspot.com/p/cosas-que-se-pueden-hacer-sin-dinero.html
Tengo una amiga que siempre que
quedo con ella se sorprende de que no nos gastemos ni un duro. Como si
necesitara gastárselo porque sí. De hecho, siempre busca una excusa para
gastar, aunque sea “un café rápido antes de despedirnos”. Esto me hace pensar
que quizás necesita justificar su tiempo gastado en el trabajo gastando dinero
cuando no trabaja, que es cuando tiene tiempo para quedar y gastarlo. Que mide
su grado de compensación trabajando según la cantidad de dinero que se puede
gastar cuando no trabaja. Que no le gusta su trabajo porque se queja mucho, que lo hace porque recibe un sueldo. Yo haría lo que hago aunque no me pagasen. Además,
he elegido trabajar menos para tener más tiempo para poder quedar, aunque no pueda
ni quiera gastar dinero.
Por otro lado, veo y escucho la
idea de que si estás de vacaciones o de ocio (fines de semana, por ejemplo) no
tienes por qué limpiar, cocinar… Como si las vacaciones estuvieran formadas (o
despojadas) por todo el conjunto de cosas que nos gustaría que fuese la vida. El
otro día una amiga hablando de un viaje que proyectamos hacer juntas a casa de
otra, decía que como estaríamos de vacaciones no cocinaríamos. Yo pensé: pero
entonces, ¿qué pasa? ¿que en vacaciones no comes? ¿Qué en vacaciones no hace
nada de lo que no le gusta hacer cuando no está de vacaciones aunque lo
necesite para vivir? Entonces me imagino las vacaciones como un paraíso donde
la gente es feliz por un periodo de tiempo y en un espacio determinado… Y me encuentro de nuevo en ese paraíso como recompensa eterna
después de una vida de sacrificio, ayuda al prójimo… y vuelvo a pensar que qué
pena que haya gente feliz sólo en vacaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario