El otro día tuvimos la reunión
trimestral con la tutora de Romeo. Habló de unos exámenes que tienen que hacer
los niños y niñas de tercero de primaria. Unas personas externas al colegio
trabajan luego sobre las respuestas de las niñas y niños interpretando sobre
éstas lo que los niños y niñas saben. La tutora explicó que eran exámenes
basados en competencias. Un padre preguntó qué era esto. Ella contestó lo
siguiente: “situaciones reales llevadas al papel para que sepan resolverse en
la vida real”. Alucinada me quedé. ¿De verdad se creen quienes trabajan en la
enseñanza, que hace falta llevar las situaciones reales al papel para aprender a
resolverlas en la vida real? Que trámite más absurdo, ¿no? ¿Por qué no
aprenderlas directamente de la realidad? Se ahorraría muchísimo tiempo, esfuerzo,
dinero…, creo, y por consiguiente vida.
Claro que hay quien piensa que el tiempo, esfuerzo y dinero da valor. Y que por eso la niña o niño tiene que estar después de cinco horas de colegio, repasando esas competencias con sus padres para sacar buenas notas en dichos
exámenes externos. Aunque sea a base de gastar vida. Cuando es el vivir el que
nos hace competentes, pienso, y no competenciar.
1 comentario:
¡No puedo estar más de acuerdo con lo que dices! CB
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